En 2011, por medio del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), se conformó un grupo de cambio rural de productores apícolas. Se trabajó sobre las distintas problemáticas de los apicultores, llegando a la conclusión que la principal falencia era la falta de un lugar para la extracción, fraccionado y envasado de la miel; que le pueda dar valor agregado, bajo las normas del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA).
En 2016 nace la Cooperativa «Celdas Doradas», conformada por pequeños productores de la zona. Ya teniendo las habilitaciones correspondientes, y de forma conjunta con la Escuela de la Familia Agrícola de Totoras (EFA), decidieron construir una sala de extracción, fraccionado y envasado de miel.
Los productos elaborados en esta planta salieron al mercado bajo la marca comercial «Celdas Doradas», los cuales forman parte del programa de regionales «Productos de mi Tierra».